Tito:
"Non avrai altro Dio all'infuori di me
Apesso mi ha fatto pensare:
genti diverse venute dall'est
dicevan che in fondo era uguale.
Credevano a un altro diverso da te
e non mi hanno fatto del male.
Credevano a un altro diverso da te
e non mi hanno fatto del male.
Non nominare il nome di Dio
non nominarlo invano.
Con un coltello piantato nel fianco
gridai la mia pena e il suo nome:
ma forse era stanco,
forse troppo occupato,
e non ascoltò il mio dolore.
Ma forse era stanco,
forse troppo lontano,
davvero lo nominai invano.
Onora il padre, onora la madre
e onora anche il loro bastone
Bacia la mano che ruppe il tuo naso
perché le chiedevi un boccone
quando a mio padre si fermò il cuore
non ho provato dolore.
Quanto a mio padre si fermò il cuore
non ho provato dolore.
Ricorda di santificare le feste.
Facile per noi ladroni
entrare nei templi che rigurgitan salmi
di schiavi e dei loro padroni
senza finire legati agli altari
sgozzati come animali.
Senza finire legati agli altari
sgozzati come animali.
Il quinto dice: Non devi rubare
e forse io l'ho rispettato
vuotando, in silenzio, le tasche già gonfie
di quelli che avevan rubato:
ma io, senza legge, rubai in nome mio,
quegli altri nel nome di Dio.
Ma io, senza legge, rubai in nome mio,
quegli altri nel nome di Dio.
Non commettere atti che non siano puri
cioè non disperdere il seme.
Feconda una donna ogni volta che l'ami
così sarai uomo di fede:
Poi la voglia svanisce e il figlio rimane
e tanti ne uccide la fame.
Io, forse, ho confuso il piacere e l'amore:
ma non ho creato dolore.
Il settimo dice: Non ammazzare
se del cielo vuoi essere degno
Guardatela oggi, questa legge di Dio,
tre volte inchiodata nel legno:
guardate la fine di quel nazareno
e un ladro non muore di meno.
Guardate la fine di quel nazareno
e un ladro non muore di meno.
Non dire falsa testimonianza
e aiutali a uccidere un uomo.
Lo sanno a memoria il diritto divino,
e scordano sempre il perdono:
ho spergiurato su Dio e sul mio onore
e no, non ne provo dolore.
Ho spergiurato su Dio e sul mio onore
e no, non ne provo dolore.
Non desiderare la roba degli altri
non desiderarne la sposa
Ditelo a quelli, chiedetelo ai pochi
che hanno una donna e qualcosa:
nei letti degli altri già caldi d'amore
non ho provato dolore.
L'invidia di ieri non è già finita:
stasera vi invidio la vita.
Ma adesso che viene la sera ed il buio
mi toglie il dolore dagli occhi
e scivola il sole al di là delle dune
a violentare altre notti:
io nel vedere quest'uomo che muore,
madre, io provo dolore.
Nella pietà che non cede al rancore,
madre, ho imparato l'Amore".
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Tito:
«No tendrás otro Dios, aparte de mí.
A menudo me ha hecho pensar:
gentes diversas venidas del este
decían que en el fondo era igual.
Creían en otro distinto de ti
y nunca me hicieron daño.
Creían en otro distinto de ti
y nunca me hicieron daño.
No nombres el nombre de Dios,
no lo nombres en vano.
Con un cuchillo en el costado
grité mi pena y su nombre
pero acaso cansado,
acaso muy ocupado
nunca escuchó mi dolor.
Pero acaso cansado,
acaso muy lejano
es cierto, lo nombré en vano.
Honra al padre, honra a la madre
y honra también su bastón,
besa la mano que te rompe la cara
porque le pediste un bocado.
Cuando a mi padre se le paró el corazón
yo no sentí dolor.
Cuando a mi padre se le paró el corazón
yo no sentí dolor.
Acuérdate de santificar las fiestas.
Fácil, para nosotros ladrones,
entrar en los templos que regurgitan salmos
de esclavos y de sus patrones
y no acabar atados a los altares
degollados como animales,
y no acabar atados a los altares
degollados como animales.
El quinto dice: No debes robar
y creo haberlo respetado
vaciando en silencio los bolsillos ya llenos
de los que ya habían robado,
pero yo, sin ley, robé en nombre mío,
los otros en nombre de Dios,
Pero yo, sin ley, robé en nombre mío,
los otros en nombre de Dios.
No cometas actos que sean impuros.
Es decir no malgastes el semen.
Fecunda a la mujer cada vez que la ames
y serás un hombre de fe.
Luego el deseo se va y el hijo se queda
y a tantos el hambre los mata.
Yo quizás confundí el placer y el amor
pero nunca he creado dolor.
El séptimo dice: No matarás.
si del cielo quieres ser digno.
Mírala hoy, esta ley de Dios,
tres veces clavada en el leño,
mirad el final de aquel nazareno:
un ladrón no muere peor.
Mirad el final de aquel nazareno
un ladrón no muere peor.
No digas falso testimonio
y ayúdales a matar a un hombre.
Saben de memoria el derecho divino
y olvidan siempre el perdón.
He perjurado por Dios y sobre mi honor
y no, no siento dolor.
He perjurado por Dios y sobre mi honor
y no, no siento dolor.
No desees las cosas ajenas
ni desees a la esposa.
Díselo a aquellos, pregúntaselo a los pocos
que tienen una esposa y algo más.
En las camas ajenas aún calientes de amor
yo no sentí dolor.
La envidia de ayer no está aún acabada
ésta tarde os envidio la vida.
Pero ahora que llegan la noche y las tinieblas
se va el dolor de los ojos
y cae el sol más allá de las dunas
a violentar a otras noches
yo al ver a éste hombre que muere,
madre, yo siento dolor.
En la piedad que no cede al rencor,
madre, yo he aprendido el Amor». |
Entre 1969 y 1970, en plena lucha estudiantil, Faber trabaja en el álbum "La Buona Novella". Es un álbum centrado en la figura de Cristo, a quien Fabrizio considera "el mayor revolucionario de la historia". Intenso, profundo, lleno de ideas y posibles reflexiones, además de referencias, es una de esas obras de De Andrè que sorprende y atrae, por la visión crítica y revolucionaria con la que habla de este hombre. En general, los textos del álbum están inspirados no solo por los evangelios oficiales, sino también, especialmente, por los apócrifos.
Con esta premisa, presentamos la canción símbolo de este álbum: Il Testamento di Tito.
¿Quién es Tito? Según declaraciones oficiales, Tito se refiere al Buen Ladrón que fue crucificado con Cristo. El nombre de los ladrones varía según el evangelio que se considere; Tito es el usado en la versión árabe. La música de la canción fue inspirada por Corrado Castellari y Michele (Gianfranco Michele Maisano). Con los años, los reordenamientos más importantes han sido los de la PFM (Premiata Forneria Marconi) y la Modena City Ramblers.
"No tendrás otro Dios más que yo", a menudo me hizo pensar ". El texto rastrea los diez mandamientos, analizándolos uno por uno con un espíritu crítico, en cierto sentido relativándolos, señalando que no se pueden interpretar de una manera absoluta. (Honra al padre, honra a la madre / y honra también su bastón / besa la mano que te rompe la cara / porque le pediste un bocado. / Cuando a mi padre se le paró el corazón / yo no sentí dolor). En esta estrofa, pero no solamente en ella daba la sensación de que Fabrizio, a través de las palabras de Tito, nos pregunta hasta qué punto, hasta qué condiciones es correcto guardar los mandamientos, las leyes de Dios.
Las reflexiones se atribuyen precisamente a Tito, el ladrón, que en la cruz, como si estuviera haciendo un testamento, refleja y se pregunta qué sentido tiene la ley de Dios. Ley en cuyo nombre se ha asesinado sin piedad. También es una canción contra la hipocresía, los llamados "hombres de fe" que respetan la ley de Dios solo en apariencia, pero no dudan en matar a un hombre. En un sentido más amplio, puede verse como una canción contra la intolerancia religiosa, contra la pena de muerte, contra las sumisiones inútiles, los ritos falsos, los padres crueles y violentos.
Tito, aunque identificado como pecador, es el único que "siente tristeza al ver morir a este hombre". El último verso es la redención del pecador que parece ser el único que ha "aprendido el Amor".
Desde su introducción y hasta la última palabra, Tito es el protagonista y narrador que entregará a la interpretación del oyente los Diez Mandamientos en una clave muy personal, con una lectura de las leyes del Señor relacionadas con los acontecimientos de su vida, conectada a sus problemas, relacionada con sus desgracias y lejos de la aceptación a priori de estas leyes.
La narración comienza inmediatamente con el primero de los diez mandamientos: "No tendrás otro Dios más que yo". Tito inmediatamente vuela con la mente a las religiones y culturas orientales que tienen un credo diferente y por lo tanto un Dios diferente. ¿Debería ser la diversidad un pecado? Parece preguntarse Tito. En el fondo esas "diferentes personas del este" que "creían en otro" no le hicieron daño alguno. Entonces, ¿dónde está el pecado al creer en otro "fuera de mí"?
"No nombres el nombre de Dios en vano", se lee en el segundo mandamiento. Tito está vinculado a un asunto personal trágico en el que llamó, incluso gritó el nombre del Señor implorando ayuda, pero Dios "estaba cansado, tal vez demasiado ocupado". A esta altura, la crítica de Tito parece moverse en la dirección del escepticismo: Tito no obtiene, a pesar de su llanto, ninguna respuesta, ningún tipo de intervención o participación en su dolor, y realmente cree que nombrar el nombre de Dios es en vano.
Tito continúa con un tercer mandamiento que convencionalmente, en el orden de la catequesis, es el cuarto: "Honra al padre y a la madre". Esta ley divina implica, de acuerdo con Tito, respetar y honrar "incluso a su bastón ", a su violencia gratuita utilizada como una herramienta para detener una necesidad natural: el hambre. Y entonces, para no traicionar la ley de Dios, Tito tendría que besar "la mano que le rompió la cara" solo "porque pidió un bocado". De este mandamiento debería emanar el amor incondicional hacia sus padres, pero la problemática historia de Tito, lo más probable (aunque la canción no dice nada sobre el tema) llena de peleas continuas con el padre hace que Tito no siento dolor alguno cuando su padre muere. Probablemente la crítica sea a la hipocresía de quienes pretenden honrar a sus padres y a la falsedad de aquellos que lloran a un padre que nunca han amado ni honrado. Tito a este hipócrita mandamiento lo contraresta con la fuerza, incluso brutalmente directa, de la sinceridad: "Cuando a mi padre se le paró el corazón / yo no sentí dolor".
Lo que es convencionalmente el tercer mandamiento se convierte en la narración de Tito en el cuarto: "Acuérdate de santificar las fiestas". Aquí también Tito denuncia una nota de hipocresía al cuestionar uno de los dogmas más queridos a la institución católica. "Fácil para nosotros los ladrones entrar en los templos sin ser atados al altar y sacrificados como animales", como si fuese alguien que realmente ha realizado un acto sagrado asimilado a un sacrificio (máximo acto de comunión con Dios) , dice Tito. La queja se extiende a la hipocresía de quienes santifican un gesto que nunca tendrían el coraje de imitar.
"No robar". Si de manera convencional, la catequesis pone este mandamiento en el séptimo lugar, en la narración de Tito es el quinto. La relatividad de este mandamiento y la incertidumbre de sus límites morales es presentada por Tito con ese "quizás lo he respetado", que dice mucho sobre el límite de tolerancia de este mandamiento. Tito cree, por ejemplo, que ha respetado esta ley divina a pesar de que robó "vaciando en silencio los bolsillos ya llenos / de los que ya habían robado". Robar "sin ley", por la necesidad y poniendo su propia persona ( "en mi nombre" y no hipócritamente "en el nombre de Dios"), no lo considera un pecado sino la consecuencia extrema y espontánea de la necesidad, el resultado de una condición social precaria.
El sexto mandamiento retoma el orden convencionalmente aceptado. No cometer actos impuros, "es decir, no dispersar el semén ". Este mandamiento abarca un problema que todavía está presente en el mundo religioso sobre la práctica del sexo no dirigido a la procreación. La ley divina quiere que cada semilla dé su fruto, en oposición a la voluntad de aquellos que desean satisfacer un deseo natural sin poner hijos en el mundo. Fecundar "a una mujer cada vez que la amas", según Tito, no hace a uno un hombre de fe, sino que hace a uno un hombre que de manera irresponsable da a luz a bocas que no pueden alimentarse, que no pueden crecer, que no pueden florecer dignamente. Tito se pone del lado de los que, pecaminosamente, optan por no fertilizar "una mujer cada vez que la amas," y que esparcen su semilla confundiendo "el placer y el amor", pero seguramente asegurándose de no traer vida, ya marcada, a este mundo. Sus elecciones no toman en cuenta la justicia, la fe, el placer o el amor, sino el deseo convencido de no crear dolor.
En el séptimo mandamiento , Tito reconoce la inocencia de Jesucristo y condena la hipocresía de aquellos que "predicando el bien hacen el mal".
El octavo mandamiento le brinda a Tito la oportunidad de arremeter contra los falsos conformistas que saben "de memoria el derecho divino", pero olvidan la virtud del perdón. Sincero hasta el final, Tito admite que ha obrado contra Dios y su honor sin sentir ningún dolor. En realidad, más que un pecado, el de Tito parece ser el pleno respeto del mandamiento en sí, porque al menos Tito no dice falso testimonio. La verdad predicada pero no aplicada, junto con la incapacidad de perdonar, representan el pecado verdadero.
En el siguiente mandamiento, Tito admite, sinceramente, su insensibilidad (?) denunciando sus errores en las camas de otros como una necesidad natural que ha realizado espontáneamente sin dolor. Tito encuentra las palabras, como conclusión, para refutar la tesis de que la envidia es un pecado capital. En un hombre marcado por una condición social específica, claramente subordinada, la envidia es una consecuencia involuntaria, no un pecado, y como involuntario no tiene en cuenta ningún límite mental, incluso llega a envidiar toda la vida de quienes viven en mejores condiciones.
Si hasta ahora le parece haber leído la interpretación de una canción blasfema, en estos momentos el significado aparente se revierte por completo. Cuando llega la "noche y la oscuridad" (muerte), Tito se purifica de su pecado, "el dolor de sus ojos" se le quita. Uno se pregunta: ¿pero después de toda esta destrucción de los mandamientos y estas varias admisiones de culpa, Tito es salvado por la fe en el último segundo? Absolutamente no! Tito, al borde de la muerte, consciente de sus errores, reconoce a Cristo la grandeza del hombre capaz de ser misericordioso y no ceder al rencor.
El amor que Tito - dirigiéndose a su madre - dice que finalmente ha aprendido, es el amor de aquellos que desobedecieron pero que no cediendo al rencor, rechazan el orgullo y la respetabilidad y ofrecen piedad y, por lo tanto, salvación. El Cristo que ha sido crucificado para salvar a los pecadores muestra el verdadero Amor Divino que no es ni remotamente, según Tito, el de la lista de los mandamientos relativos, exagerados, absolutamente hipócrita e imposible de universalizar.
La única ley que se aplica a todos (para los desafortunados y los ricos, para los hombres y las mujeres, para los pueblos de Oriente y los de Occidente) es la ley del Amor Incondicional que incluye el poder de no ceder al rencor y la madurez de saber cómo perdonar. Por otro lado, el único mandamiento que siempre ha respetado Tito, a pesar de la desintegración del sistema de la ley divina, es el de nunca causar dolor a los demás. Un mandamiento amoroso que exige coraje, voluntad y la fuerza del perdón.
https://derivatisanniti.com/2017/04/22/faber-dietro-i-testi-dentro-la-storia-il-testamento-di-tito/
Esta es la canción que puede haber estado más expuesta al linchamiento de los medios y de la que todos tuvieron la oportunidad de hablar. Sabemos que De Andrè no era exactamente un ferviente católico, pero aún así se acercó a las figuras sagradas en su álbum "La Buona Novella" destacando algunos aspectos y criticando otros. El hecho de que De Andrè tuviese una visión determinada, no muy favorable hacia la religión (aunque le tenía mucho respeto), propició que incluso los textos menos radicales se interpretasen como blasfemos. Con este álbum De Andrè quería humanizar las figuras bíblicas, contar su vida cotidiana o tratar de comprender cómo podrían haber experimentado personalmente ciertos episodios del Evangelio. El mero hecho de que De Andrè haya usado los evangelios apócrifos para su obra, hizo que el escándalo explotase (recuerde que este álbum fue escrito en 1970). La canción "El Testamento de Tito" fue etiquetada como pura blasfemia, completamente en contra de las ideas de la Iglesia y en contra de la religión católica.
Sin embargo, como veremos, esta canción también ofrece un punto de vista completamente diferente. De hecho, mientras la RAI lo censuró al no emitirlo ni en radio ni en televisión, Radio Vaticano lo transmitió regularmente.
Tito (Dimas en España) según los evangelios apócrifos era el nombre del Buen Ladrón que fue crucificado junto a Jesús y un tercer hombre, Dimaco (Gestas en España), conocido como el Mal Ladrón. Esta canción se enmarca en el escenario de la crucifixión. Tito cuelga de la cruz exactamente como Jesús, y piensa en lo que ha hecho con su vida.
Tito:
«No tendrás otro Dios, aparte de mí.
A menudo me ha hecho pensar:
gentes diversas venidas del este
decían que en el fondo era igual.
Creían en otro distinto de ti
y nunca me hicieron daño.
Creían en otro distinto de ti
y nunca me hicieron daño.
Toda la canción es un intento continuo de derrumbar, disputar y refutar, uno por uno, los diez mandamientos. Tito quiere demostrar la falsedad de los dogmas divinos al contar su experiencia. La idea común de la religión incluye un dios vengativo que dicta una ley y castiga a quienes no la observan.
El primer mandamiento dice: "No tendrás otro Dios, aparte de mi ". En cambio, Tito habla de otras personas que básicamente creían en lo mismo, pero que seguían a un dios diferente. Probablemente Tito también se acercó a sus creencias y descubrió que esto no le causaba sufrimiento. Esta es la primera transgresión de Tito que lo lleva a romper sin dilación: es un primer intento de alejarse de la ley de Dios de que todo lo hecho por él fue bueno . Este descubrimiento desencadena una transgresión continua en busca de una libertad hasta ahora negada, forzada y sofocada por los dictados de la religión.
No nombres el nombre de Dios,
no lo nombres en vano.
Con un cuchillo en el costado
grité mi pena y su nombre
pero acaso cansado,
acaso muy ocupado
nunca escuchó mi dolor.
Pero acaso cansado,
acaso muy lejano
es cierto, lo nombré en vano.
El cuchillo clavado en Tito es un símbolo de cualquier hecho que puede trastornar nuestras vidas. Un tumor, una desgracia, la pérdida de algo que nos es querido nos lleva casi instintivamente a buscar consuelo en Dios. La humildad de confiar en Dios es esencial para recibir su ayuda. Tito se pone delante de Dios con orgullo y, sintiéndose abandonado, blasfemo. Si sabemos lo que necesitamos, ¿por qué no somos capaces de aliviar nuestros sufrimientos por nuestra cuenta? Esto muestra los límites del hombre.
Honra al padre, honra a la madre
y honra también su bastón,
besa la mano que te rompe la cara
porque le pediste un bocado.
Cuando a mi padre se le paró el corazón
yo no sentí dolor.
Cuando a mi padre se le paró el corazón
yo no sentí dolor.
Honra al padre, honra a la madre. Tito no encuentra ninguna razón para guardar este mandamiento y pregunta qué sentido tiene honrar a los que te hicieron daño. Pero Jesús diría: si amamos solo a aquellos que son buenos para nosotros, ¿qué mérito tenemos? Tito aquí se comporta de una manera totalmente humana y compartida por cada uno de nosotros. ¿Quién podría culparlo? Una vez más él transgrede el mandamiento y no sufre por esto.
Acuérdate de santificar las fiestas.
Fácil, para nosotros ladrones,
entrar en los templos que regurgitan salmos
de esclavos y de sus patrones
y no acabar atados a los altares
degollados como animales,
y no acabar atados a los altares
degollados como animales.
Tito considera inútil el sacrificio de aquellos que dedican sus vidas a observar los preceptos de la religión. Al final, las bestias reales sacrificadas son aquellas que con la cabeza gacha y con el cerebro apagado como ovejas (no por casualidad hablamos de sacrificio) se les dice todo lo que tienen que hacer para obtener el favor de Dios.
El quinto dice: No debes robar
y creo haberlo respetado
vaciando en silencio los bolsillos ya llenos
de los que ya habían robado,
pero yo, sin ley, robé en nombre mío,
los otros en nombre de Dios,
Pero yo, sin ley, robé en nombre mío,
los otros en nombre de Dios.
En estos versos, se critica a aquellos que roban y luego se refugian detrás de una ley que les permite, como hacen los bancos y gobiernos, inflingir impuestos injustos a sus ciudadanos.
No cometas actos que sean impuros.
Es decir no malgastes el semen.
Fecunda a la mujer cada vez que la ames
y serás un hombre de fe.
Luego el deseo se va y el hijo se queda
y a tantos el hambre los mata.
Yo quizás confundí el placer y el amor
pero nunca he creado dolor.
La lujuria es el pecado más difícil de entender. La ley de Dios lo ve como un pecado grave, pero Tito incluso incumpliendo esta ley no causó dolor y se siente justificado por esto, otra vez.
El séptimo dice: No matarás.
si del cielo quieres ser digno.
Mírala hoy, esta ley de Dios,
tres veces clavada en el leño,
mirad el final de aquel nazareno:
un ladrón no muere peor.
Mirad el final de aquel nazareno
un ladrón no muere peor.
En estos versos se reconoce la inocencia de Jesús y Tito condena a aquellos que predican el bien pero actúan mal.
No digas falso testimonio
y ayúdales a matar a un hombre.
Saben de memoria el derecho divino
y olvidan siempre el perdón.
He perjurado por Dios y sobre mi honor
y no, no siento dolor.
He perjurado por Dios y sobre mi honor
y no, no siento dolor.
Otro mandamiento roto que no causa dolor a Tito, y otra crítica a aquellos que hacen de la ley de Dios una guía esencial y luego no la ponen en práctica. Este "no sentir dolor" es muy importante, como veremos al final.
No desees las cosas ajenas
ni desees a la esposa.
Díselo a aquellos, pregúntaselo a los pocos
que tienen una esposa y algo más.
En las camas ajenas aún calientes de amor
yo no sentí dolor.
La envidia de ayer no está aún acabada
ésta tarde os envidio la vida.
De nuevo, Tito no siente dolor. ¿Has notado cuántas veces regresa esta "justificación" que lleva a Tito a transgredir las leyes divinas?
Pero ahora que llegan la noche y las tinieblas
se va el dolor de los ojos
y cae el sol más allá de las dunas
a violentar a otras noches
yo al ver a éste hombre que muere,
madre, yo siento dolor.
En la piedad que no cede al rencor,
madre, yo he aprendido el Amor».
Aquí se encuentra la clave de toda la canción. Toda la canción no es más que un examen de conciencia que hace Tito mientras cuelga de la cruz al lado de Jesús. A través de este viaje en los recuerdos de su vida, Tito comprende sus errores y finalmente se arrepiente de ellos. Esta canción no es más que la historia de la salvación de un hombre, Tito, que se convierte en el momento de la muerte.
Tito reconoce todas las cosas malas acaecidas en su vida y encuentra la crucifixión justa, mientras que al mismo tiempo comprende que Jesús sufre terriblemente y es además inocente. Esto le lleva a decir "Acuérdate de mí cuando entres en tu reino" (Lc 23:42). A lo que Jesús le responde: "En verdad, en verdad, te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso (Lc 23:43)". En estos últimos versos se encuentra todo el Amor que Dios tiene por los hombres. Sin embargo esta no es una licencia para poder pecar si se entiende este párrafo con la idea de que "de todos modos te salvarás ". Recordemos que hay dos ladrones y Dimaco no recibe el mismo tratamiento.
Tito se convierte en el Buen Ladrón porque reconoce sus pecados y se arrepiente. Esta es la diferencia.
¿Recuerdas todas las veces que Tito no siente dolor? En estos últimos versos él comprende que Alguien (Jesús) ha sufrido por él a pesar de ser inocente, se ha hecho cargo del sufrimiento de otros por Amor. Jesús sufrió en su lugar, fue crucificado por sus pecados, para salvarlo. Y Tito frente a este hecho finalmente comprende y experimenta el dolor que nunca sintió por el mal que había causado.
"He aprendido el Amor": ver que Cristo se dejó crucificar para salvar a los pecadores, y por lo tanto también a Tito, muestra el verdadero Amor Divino. Amar significa poner a otros delante de nosotros incluso si estos son nuestros enemigos. Probablemente esta interpretación, estoy bien informado, es diferente a la del autor. Pero tú, ¿sigues convencido de que esta canción es blasfema?
http://i-clarissa.blogspot.com.es/2012/06/dentro-una-canzone-il-testamento-di.html |