Coro:
Guardala guardala scioglie i capelli
sono più lunghi dei nostri mantelli
guarda la pelle viene la nebbia
risplende il sole come la neve
guarda le mani guardale il viso
sembra venuta dal paradiso
guarda le forme la proporzione
sembra venuta per tentazione
guardala guardala scioglie i capelli
sono più lunghi dei nostri mantelli
guarda le mani guardale il viso
sembra venuta dal paradiso
guardale gli occhi guarda i capelli
guarda le mani guardale il collo
guarda la carne guarda il suo viso
guarda i capelli del paradiso
guarda la carne guardale il collo
sembra venuta dal suo sorriso
guardale gli occhi guarda la neve
guarda la carne del paradiso. |
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Coro:
Mírala, mírala: suelta el cabello
es más largo que nuestros manteos,
mira la piel, viene la niebla,
luce el sol como la nieve.
Mira las manos, mirale el rostro,
parece venida del paraíso.
Mira las formas, las proporciones
parece venida de tentación.
Mírala, mírala: suelta el cabello,
es más largo que nuestros manteos.
Mira las manos, mírale el rostro,
parece venida del paraíso.
Míra los ojos, míra el cabello,
mira las manos, mírale el cuello,
mira la carne, mira su rostro,
mira el cabello del paraíso.
Mira la carne, mírale el cuello,
parece venida de su sonrisa
Mírale los ojos, mira la nieve,
mira la carne del paraíso.
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El Evangelio apócrifo más famoso que habla de la infancia de María es el Protoevangelio de Santiago (texto), en el que casi con toda seguridad se basó De André. Es interesante notar que la misma historia, con pocas diferencias y, de hecho, algunos detalles más, también está presente en el Corán (Sura III, verso 35 y siguientes).
En la canción, Fabrizio comienza contando acerca de la niña traída al Templo a la edad de tres años, "por pobreza o peor por dar buen ejemplo". Para entender la situación, es necesario referirse a las fuentes.
Según el Protoevangelio de Santiago, Joaquín y Ana, padres de María, no podían tener hijos y, por lo tanto, eran mal visto en la comunidad. Habían pasado veinte años desde la boda y la pareja estaba tan desesperada que Joaquín se internó en el desierto.
En esos instantes Ana se encuentra con un ángel que anuncia que su plegaria ha sido respondida y que de su descendencia se hablará en el mundo entero. Abrumada por la gratitud, ella responde: "Como es verdad que el Señor mi Dios vive, si traigo al mundo un hijo, sea varón sea hembra, lo entregaré como ofrenda al Señor mi Dios y estará a su servicio para el resto de los días de su vida".
Incluso se ha dicho que el Corán recrea la historia con un paralelismo preciso con el Protoevangelio de Santiago. Aquí Joaquín es llamado "Imran y su hija, Maria, Maryam, mientras que Ana se la menciona como la 'esposa de Imran'. Rabino significa Señor. El versículo dice: 'Cuando la esposa de Imran suspiró: '¡Rabino, Rabino! He aquí, te ofreceré lo que está en mi vientre: está separado (del mundo). Acéptalo de mí, eres el que entiende y sabe"'.
María pasó sus primeros años en la casa de sus padres, pero cuando tenía dos años recordaron su promesa al ángel: "Y cuando tuvo dos años, Joaquín le dijo a Ana: 'Llevémosla al Templo del Señor, para cumplir la promesa que hemos hecho, antes de que el Señor lo exija y así nuestra oferta sea más aceptable'. 'Esperemos a los tres años', respondió Ana, "cuando la niña ya no necesite ni a su padre ni a su madre'. 'Esperemos', respondió Joaquín".
En el Templo, María pasa su infancia y es asistida por un ángel: "Así que María permaneció en el Templo, crecía como una paloma y recibía comida de la mano de un ángel". Aún más explícito es el Corán: 'Ahora sucedía que cada vez que Zakariya (Zacarias) entraba a la habitación, hallaba en ella alimentos, y le preguntaba: 'Oh, Maryan, en verdad, ¿quién te ha dado estas delicias?' Siempre respondía: "Vienen de Dios. Dios alimenta a los que quieren, sin medida".
De André traduce "dicen que fue un ángel quien te contó las horas /
quien te midió el tiempo entre comida y Señor". Interviene, entonces, un primer coro de mujeres y hombres, cantando el paso del tiempo: "Se funde la nieve al sol, vuelve el agua al mar / el viento y la estación vuelven a jugar".
Cuando María llega a la edad de doce años tiene su primera menstruación y ya no puede permanecer en el Templo porque, según las creencias, lo habría contaminado. De André habla sobre ello con delicadeza: "Tenías doce años, y ninguna culpa encima /
mas para los sacerdotes, tuvo culpa tu mayo /
tu virginidad que se teñía de rojo".
Los sacerdotes no saben qué hacer, pero "he aquí que el ángel del Señor se les apareció, diciendo: 'Zacarías, Zacarías, sal y reúne a los viudos del pueblo, cada uno lleva una vara, y aquel a quien el Señor le haga una indicación con un signo milagroso, para él será la esposa'". En este punto de la canción se inserta un coro suave - "Suelta el cabello y mira: ya vienen ya" - en referencia a lo que De André llama la lotería del "pueblo sin mujer ". María es vista como un objeto de interés masculino: "Mira las formas, las proporciones / parece venida de tentación" y también, "Mírale los ojos, mira la nieve, mira la carne del paraíso".
Después de entregarla, cada viudo toma su vara. "Pero la última vara la lleva José, y he aquí que una paloma sale de ella y vuela sobre la cabeza de José. Entonces el sacerdote le dijo a José: "¡Has sido elegido para recibir a la virgen del Señor bajo tu custodia!". José se escuda, diciendo: '¡Ya tengo hijos, o soy viejo, mientras ella es una doncella! ¡Que no tengo que convertirme en objeto de ridículo para los hijos de Israel!'".
Recurriendo, también, a alguna amenaza, Zacarías convence a José para que se lleve con él a la niña.
Y aquí De André pinta un bello contraste. Si en la "lotería" de hombres, María es vista como una tentación, José la ve de una manera completamente diferente, como la niña que es:
Y mientras te vas cansado de estar cansado,
la niña de la mano, la tristeza al lado
piensas: «Aquellos sacerdotes la dieron como esposa
a dedos demasiado secos para asir una rosa.
José debe irse a trabajar fuera de Judea. Se mantuvo alejado "cuatro años", dice De André. En este sentido, en los Evangelios apócrifos hay informaciones contradictorias: en un punto parece que José debe irse por algún trabajo sin dejar claro que deba permanecer lejos mucho tiempo; por otro lado, se habla de María sacada del templo a los 12 años de edad y dieciséis años cuando José regresa y la encuentra encinta; en el Evangelio de pseudo-Mateo se especifica que José se ausentó durante nueve meses; en la "Historia de José el carpintero" (otro apócrifo) se afirma que María quedó embarazada al final de su decimocuarto año. De André, hipotiza con que José estuvo fuera de casa durante cuatro años, siguiendo el Protoevangelio de Santiago.
"Il libro del mondo. Le storie dietro le canzoni di Fabrizio De André" (Walter Pistarini) |