Il ritorno di Giuseppe
El retorno de José
Stelle, già dal tramonto,
si contendono il cielo a frotte,
luci meticolose
nell'insegnarti la notte.
Un asino dai passi uguali,
compagno del tuo ritorno,
scandisce la distanza
lungo il morire del giorno.
Estrellas, ya desde el ocaso,
luchan a tropel por el cielo,
luces meticulosas
enseñándote la noche.
Un asno de pasos iguales,
compañero de tu retorno,
acorta la distancia
al ocaso del día.
     
Ai tuoi occhi, il deserto,
una distesa di segatura,
minuscoli frammenti
della fatica della natura.
Gli uomini della sabbia
hanno profili da assassini,
rinchiusi nei silenzi
d'una prigione senza confini.
Ante tus ojos, el desierto,
una extensión de serrín,
minúsculos fragmentos
del cansancio de la tierra.
Los hombres de la arena
tienen perfiles de asesinos,
encerrados en el silencio
de una prisión sin fronteras.
     
Odore di Gerusalemme,
la tua mano accarezza il disegno
d'una bambola magra,
intagliata del legno.
"La vestirai, Maria,
ritornerai a quei giochi
lasciati quando i tuoi anni
erano così pochi."
Huele a Jerusalén,
tu mano acaricia el diseño
de una fina muñeca
tallada en madera.
«La vestirás, María,
volverás a aquellos juegos
abandonados cuando tus años
eran tan pocos».
     
E lei volò fra le tue braccia
come una rondine,
e le sue dita come lacrime,
dal tuo ciglio alla gola,
suggerivano al viso,
una volta ignorato,
la tenerezza d'un sorriso,
un affetto quasi implorato.
  Y ella voló a tus brazos
como una golondrina,
y sus dedos como lágrimas
de tu cejo al cuello,
sugerían al rostro,
un día ignorado,
la ternura de una sonrisa,
un afecto casi implorado.
     
E lo stupore nei tuoi occhi
salì dalle tue mani
che vuote intorno alle sue spalle,
si colmarono ai fianchi
della forma precisa
d'una vita recente,
di quel segreto che si svela
quando lievita il ventre.
  Y el estupor a tus ojos
subió desde tus manos,
que vacías en torno a sus hombros,
se colmaron en los costados
con la forma precisa
de una vida reciente,
del secreto que se desvela
cuando se alza el vientre.
     
E a te, che cercavi il motivo
d'un inganno inespresso dal volto,
lei propose l'inquieto ricordo
fra i resti d'un sogno raccolto.
  Y a ti que buscabas el motivo
de un engaño inexpresado en su rostro,
te reveló el agitado recuerdo
extraído de los restos de un sueño.
     
    (Traducción Mercedes Sanchez Marco / Ana Urrutia)
     

En los Evangelios apócrifos se habla muy poco del "regreso de José", mientras que Fabrizio de André dedica seis estrofas al episodio que agregan un toque de sensibilidad y belleza a la figura de José. Después de describir el paisaje del camino - "Ante tus ojos, el desierto / una extensión de serrín" - se centra en el pequeño regalo que el hombre le trae a María:

Huele a Jerusalén,
tu mano acaricia el diseño
de una fina muñeca
tallada en madera.

Un acto de bondad, o de humanidad, que vale como reproche apenas simulado hacia aquellos que no han permitido que un niña "tenga su tiempo". En referencia a la muñeca, de hecho, el texto sigue:

La vestirás, María,
volverás a aquellos juegos
abandonados cuando tus años
eran tan pocos.

La escena del regreso de José se describe en los Evangelios apócrifos en un tono bastante dramático. Cuando José se da cuenta de que María está embarazada, se desespera: "Entonces él se golpea la cara y se tira al suelo, y llora amargamente diciendo: '¿Con qué cara miraré al Señor mi Dios? ¿Qué oración puedo hacer por esta doncella? Porque la he recibido virgen del templo del Señor Dios y no la he custodiado". María se defiende a sí misma:" ¡Soy pura, y no he conocido hombre alguno!".

José cae preso de la confusión y no sabe qué hacer: si tuviera que esconderlo, se opondría a las leyes del Señor, pero si decidía denunciarlo, al no creer en su historia, la condenarían a muerte. Un ángel aparece en la noche para tranquilizarlo y decirle la verdad de María. Pero cuando el hecho es descubierto por los sacerdotes del Templo, y José y María cuentan su verdad, son acusados de mentir. Sometidos a la prueba del agua del Señor, ellos la vencen y solo entonces los sacerdotes les absuelven.

No hay rastro de este drama en el "Ritorno di Giuseppe". Por el contrario, cuando José finalmente llega a casa se abre una imagen llena de belleza y delicadeza, que es el corazón de la canción: Ante todo María vuela a los brazos de José "como una golondrina", pero sobre todo sus dedos que "sugieren" en el rostro de José una sonrisa, un afecto "casi implorado". Y cuando José se da cuenta con asombro de que María está en cinta, surge la segunda sorpresa "de un engaño inexpresado en su rostro". María cuenta lo que le pasó en un sueño.

"Il libro del mondo. Le storie dietro le canzoni di Fabrizio De André" (Walter Pistarini)

 
Versiones de la canción:
     - La Buona Novella (1970)  (Estudio)
     - In Concerto (1999)